Fue detenido por la Brigada del Valle de Lerma. Está acusado por cinco víctimas del delito de abuso.
Un violador serial que atacó a por lo menos cinco mujeres en los barrios de la zona sur de Rosario de Lerma utilizando un cuchillo y vestido de fajina fue detenido por la Brigada de Investigaciones Valle de Lerma tras tenderle una trampa en uno de los lugares donde atacaba a sus víctimas.
El detenido tiene un extenso currículo que incluye el paso por distintas fuerzas de seguridad. Fue militar, luego trabajó como bombero voluntario y actualmente se desempeñaba como policía comunitario municipal.
Así, el doble rol de policía comunitario y obrero le sirvieron de pantalla para ocultar su personalidad de abusador.
Está acusado de haber consumado dos violaciones a menores de 15 a 17 años y de haber intentado abusar de otras tres mujeres mayores de edad.
Según fuentes vinculadas con la investigación, los policías lograron conformar el perfil de un violador serial cuando observaron coincidencia en la forma del ataque, el lugar y el uso de un cuchillo para amedrentar a sus víctimas.
Las cinco mujeres que lo denunciaron desarrollaban sus actividades particulares en los barrios San Jorge y San Bernardo. Según sus testimonios, sufrieron los ataques entre el año pasado y principios de este.
Una de las denuncias, la hizo una adolescente que estudia en el colegio secundario rural de la zona de El Timbó, la jovencita había contado a sus padres que un sujeto la había sometido sexualmente cuando retornaba a su casa.
El hombre la sorprendió saliendo de los matorrales, en medio del callejón. Armado con un cuchillo tipo militar, la obligó a ir atrás de unos árboles y allí la violó.Los investigadores descubrieron que meses atrás tres mujeres habían sido atacadas por un hombre con características fisonómicas similares a las descriptas por la menor, así como el lugar y la forma del ataque.
Efectivos de la Brigada de Investigaciones Valle de Lerma iniciaron una ardua tarea para aprender al acusado. Una policía vestida de civil se animó a servir de «cebo» para atrapar al violador serial de San Bernardo.
Tras varios días de caminar en solitario en medio de la oscuridad de la noche por las dos zonas descriptas por las víctimas, el sujeto cayó en la trampa, y se acercó a la mujer policía y la intentó atacar por la espalda. Lo que no esperaba es que varios efectivos salieran de su escondite para atraparlo. El hombre no opuso resistencia y fue detenido.