Parecía que todo se había acomodado en Boca con un hombre de la casa, el más ganador de todos. Pero parece que el futuro de Sebastián Battaglia al frente del equipo no sería todo lo extenso que se presumía y todo tiene origen en varios chispazos que surgieron con Juan Román Riquelme, vicepresidente del club.
Si bien el DT fue confirmado hasta diciembre y todo parecería indicar que seguirá en el cargo, hubo varios hechos que provocaron fricciones y que resquebrajó la relación entre ambos. Y esto puede traer serias consecuencias.
El primer hecho que terminó con la armonía fue el famoso episodio del micro tras la derrota ante Gimnasia. Si bien todos trataron de minimizarlo y suavizarlo, a Battaglia no le gustó nada que Riquelme interviniera en un ámbito tan privado y ante la vista de todos.
Pero el DT se guardó una carta y fue tras la victoria sobre Argentinos Juniors por la Copa Argentina, cuando dijo ante la TV con picardía «Me voy. No vaya a ser cosa que se me metan en el vestuario», un mensaje que muchos consideran que fue dirigido al vice.
Finalmente hubo otro hecho que causó malestar en Riquelme y sus huestes: el muy afectuoso que se dieron Martín Palermo y Battaglia en la previa de la victoria de Boca por 3-0 ante Aldosivi. Teniendo en cuenta que el ex goleador y Román siempre estuvieron en veredas opuestas, semejante muestra de amistad mutua no gustó demasiado.